martes, 29 de abril de 2008

"Musicall" y la Improvisación

El sábado pasado asistí a la penúltima función del musical de improvisación “Musicall”. Siempre he tenido la sensación de que la improvisación, como espectáculo en sí (pues en toda obra teatral se improvisa), no es más que una mera moda pasajera que hoy despierta curiosidad y atrae al público, ávido de novedad, pero que dentro de poco irá desinflándose hasta reducirse a unos pocos espectáculos residuales. Algo así ha venido ocurriendo (tristemente) con otras variedades espectaculares: los café-teatro, los cuentacuentos, o los monólogos de humor. En la improvisación como espectáculo en sí, esto es, cuando los actores improvisan, o amagan, una obra (casi siempre orientada a provocar la risa) a partir de las arbitrarias consignas del público, podrían reconocerse algunas facetas de la sociedad actual: la “inmediatez” y la predilección por la comedia. Por una parte, la “inmediatez”. Podría parecer que improvisar consiste en superar la timidez y subir a un escenario a declamar lo primero que le venga a uno a la cabeza, pero detrás de un buen “improvisador” ha de haber un gran talento y un buen actor. Así, en “Musicall” se ofrece un espectáculo mucho más maduro.Por otra parte, el público persigue la risa. No es nada nuevo que cosecha más éxito una comedia (aunque no sea de las mejores) que un buen drama. No sabría explicar la razón por la que se prefiere la comedia al drama, pero que cada cual observe dónde y cómo vive y, luego, que saque sus propias conclusiones. Personalmente –lo confieso- me es necesaria la risa.En cuanto a “Musicall”, opino que una buena parte del espectáculo estaba ya ensayada, y muy bien ensayada (todo hay que decirlo), dejando el resto al albur del público. Recomiendo el espectáculo, porque se pasa un rato agradable y divertido; y porque, aunque no se cuenten historias muy profundas, se estimula la desinhibición y la espontaneidad entre los presentes. Aquí cumple el espectáculo su función: que el público olvide sus problemas por unos momentos.

A pesar de todo, reconozco que no soy un gran fan del género de la improvisación, prefiero una obra bien preparada, con un buen argumento, que me llene y emocione. Un abrazo

1 comentario:

Patxi dijo...

Me temo que mis gustos teatrales se asemejan mucho a los tuyos. Reconozco que la improvisación no me llega a emocionar, que es lo máximo que, en mi opinión, puede ofrecer una obra de teatro, pero quizá la improvisación no pretende eso. Creo que la improvisación pretende divertir y hacer pasar un buen rato, y eso sí creo que lo consigue.
Creo mejor empleados 20 euros en una buena obra de teatro que en un espectáculo de improvisación, pero esto no quita para que pueda a veces decantarme por la improvisación. Si no fuera así, nunca compraríamos más que libros clásicos y sesudos pero ¿acaso no se puede disfrutar también un buen Superhumor?.