lunes, 30 de junio de 2008

Tengo el corazón contento

Yo no soy muy fan de Marisol. Los recuerdos que tengo de mi infancia y no tan infancia relacionados con el televisor son escasos, y los que tienen que ver con este tipo de personajes y películas están relacionados con la casa de mis abuelos en Sevilla. "Cine de barrio" me recuerda a tardes de fin de semana allí. Y mi mirada ahora al encontrar de nuevo esas películas está llena de curiosidad: por otra época, por otras inquietudes, por nuestra historia en muchos casos...

Pero este post no trata de Marisol, ni de películas antiguas (para una revisión de algunos clásicos de este tipo de cine os remito a "Suspiros de España" también en este blog), sino de una canción que escuché ayer en un bar con Luis, alguien muy especial para mí. Una canción divertida, pegadiza y con mensaje:



Y sí, era Marisol en pleno siglo XXI. Y yo me reí, y bailé, y miré con curiosidad, divertida. Y vi cómo no era la única. Desde luego, no hay nada como "tener el corazón contento, lleno de alegría" y poder compartirlo. Y bailar contigo después de tanto tiempo.

No dejéis de iluminar los días de quien tenéis al lado con una gran sonrisa y un corazón lleno de alegría, no es tan difícil y sienta tan bien...

PD: Desde aquí, mi corazón contento para quien ilumina mis días.

viernes, 27 de junio de 2008

Not for all my little words

Stephin Merritt es un tipo pequeño y cada vez más regordete. Es gay y vive en Nueva York, aunque nació en Boston. Su padre fue un cantante de folk al que nunca conoció porque ya se había separado de su madre cuando llegó al mundo.

Merritt es un tipo bastante seco, como los Martini, y odia el 'little talk' -no encuentro un sinónimo en español-. En sus conciertos prescinde de todo sonido eléctrico debido a una enfermedad que padece conocida como hyperacusis, que le hace especialmente sensible a los sonidos fuertes. Por ello, odia los directos y en ellos se tapa un oído durante los aplausos.

Hace unos nueve años, Merritt era bastante desconocido. Con The Magnetic Fields, donde compone, canta y toca casi todos los instrumentos, había publicado ya cuatro discos en un sello pequeño, álbumes con letras inteligentes y un sonido repleto de grandes melodías.

Entonces llegó su gran obra, de ésas que marcan una carrera. Merritt, que también lleva para adelante los proyectos The Sixths y Future Bible Heroes -es un loco de la composición-, publicó en 1999 el último gran álbum conceptual del siglo XX: '69 love songs'. El disco es una obra colosal, probablemente sin parangón. En ella, Merritt se desliza por los grandes tópicos del amor en 69 canciones que tocan diversos palos: baladas, folk, country, pop, electro-pop, temas de cheerleaders...

En un reportaje en el NYT, Merritt afirma que la idea de hacer el disco le sobrevino durante un concierto de un tal Stephen Sondheim en un piano bar. "Cuando empecé '69 Love Songs', le dije a todo el mundo que no iba a estar disponible durante un añoa menos que fueran a trabajar en mi disco", cuenta Merritt en ese reportaje.

El resultado fue grandioso. Os dejo con dos canciones del disco, una de ellas en directo.

All my little words





Papa was a rodeo -live-

miércoles, 25 de junio de 2008

Beirut


El sábado pasado fui al concierto de los Sunday Drivers en frente del parque del Moro con motivo del Día de la Música junto con Javi de Paz. Aprovechamos para hablar de los grupos que estábamos descubriendo últimamente y él hizo especial hincapié en un grupo llamado Beirut. Realmente no es un grupo, es más bien un sólo tipo.

"El tío toca un montón de instrumentos raros y da a su música un aire a la música de los países de Europa del Este. ¡Es cojonudo!". Si no fueron éstas las palabras exactas debieron de ser muy parecidas.




Lo dicho, belleza musical en estado puro de mano de un tipo, Zach Condon, que, según he podido investigar en wikipedia, sólo cuenta con 23 añitos, ¡un maldito genio de la música!

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P.D.: No os quedéis en estas canciones, todas son realmente hermosas, no es un tipo de dos o tres temas bonitos para terminar rellenando el álbum con morralla.

viernes, 20 de junio de 2008

El Silencio

Ayer hice una cosa que me apetecía un montón pero que no había podido hacer durante los últimos meses, ver una película al llegar a casa después de trabajar. Es una tontería, pero me encanta que una película te atrape mientras poco a poco va llegando el atardecer y acabas quedándote a oscuras frente a la pantalla.

De entre las películas que he ido almacenando estos meses, ayer me llamó la atención la carátula de El Silencio de Ingmar Bergman y su título en sueco, Tystnaden. Y la verdad es que la elección fue muy buena. Hacía mucho tiempo que no veía una película que mantenía tanta tensión en el ambiente con tan pocas palabras, ahora mismo sólo recuerdo Días de Ira y La Palabra de Dreyer.

Dos mujeres y el hijo de una de ellas están viajando en tren. El viaje debe ser interrumpido por la enfermedad de una de ellas y tienen que quedarse en una habitación de un hotel de la ciudad de Timoka donde se habla un lenguaje desconocido. No hay nada que hacer además de dejar pasar el tiempo. La relación entre las dos mujeres se ha ido deteriorando con el tiempo y la estancia se convierte en un infierno. No hay posibilidad de comunicarse con ninguna persona de esa ciudad y tampoco hay ganas de hablar con la persona que tienes al lado y habla tu mismo idioma. Los personajes vagan por el hotel como fantasmas, cada uno con su historia. Los rencores van creciendo. El niño no sabe de qué parte ponerse. La tensión se mantiene en cada escena, el silencio la intensifica, los encuadres son maravillosos, la luz es tenue en el fondo y dura en los rostros haciendo que las presencias sean extrañas, hasta que el final es inevitable y cada uno mantiene su postura como Abel Sánchez de Unamuno. No os doy más detalles por si queréis verla.


¿Por qué ya no se hacen películas en blanco y negro?

miércoles, 11 de junio de 2008

AaRON (Artificial Animals Riding On Neverland)


No sé gran cosa de ellos, tan sólo que es un dueto francés que canta en inglés y que, de alguna manera, me recuerda a Radiohead... aunque quizá sean cosas mías.

Los descubrí en mi visita a París, hará ahora cerca de un mes. Julien, el novio de Pilar, la hermana de Javi, estaba reproduciendo una lista de música en el ordenador y ahí pude escuchar algunas canciones que me llamaron poderosamente la atención, le pregunté a Julien por ellas y me descubrió que eran AaRON. Me comentó que el significado de las siglas, al parecer, no tiene ningún origen, son palabras cogidas al azar, de alguna manera, pero de esto no estoy muy seguro.

Os dejo como muestra, dos botones: (pinchad en los títulos)

- Endless song
- U-turn (Lili)

martes, 10 de junio de 2008

Mundo al revés

http://antwrp.gsfc.nasa.gov/apod/astropix.html

La naturaleza es caprichosa y a veces juega a engañarnos... Si un día os encontráis un arcoiris inverso, no creáis que lo próximo será un conejo estresado con un reloj de bolsillo ni una reina de corazones. Al menos este fenómeno tiene explicación científica

lunes, 2 de junio de 2008

La mujer pez

Los años pasan. Muchas veces la mejor forma de darme cuenta es con la música. Recuerdo una canción y, al ver cuándo fue publicada, pienso: "Joder, ocho años". Pues eso. Cecilia Ann es el nombre de una canción de los Pixies. Pero eso lo descubrí más tarde. Porque antes de eso, para mí Cecilia Ann fue un simpático grupo granadino que publicó un delicioso disco, titulado Suenacuento, en el año 2000. Luego les perdí la vista y, por lo que he visto en Internet, no ha habido mucho después de aquello.

En Suenacuento, producido por Carlos Hernández -ex técnico de sonido de los infalibles Planetas- había una canción pop redonda. Hoy la he recordado tras hacerme con el último disco de Tachenko, en el que también hay alguna que otra canción redonda.

La mujer pez me trae recuerdos de hace algunos años. De mi primer festival de música indie en Alburquerque. De chicas que se escurrían en el agua. De Gabi, compañero en aquellos viajes para disfrutar con la música. Os dejo con la canción. Se aconseja degustarla con tranquilidad.